Vuelta al cole

Vuelta al cole

“Mañana es el primer día de Escuela, pobre hijo, que día va a pasar. ¿Le cuidarán bien, le dejarán llorar?  Imagínate, allí solito sin conocer a nadie, y encima tan pequeñín, que no puede decir lo que le pasa, ni siquiera me dejan ir a verle a mitad  de mañana para saber cómo está… Es que es muy pequeño. ¿Seguro que me llamarán si le pasa algo? Con tanto lío ¡no sé si he puesto todo lo que me han dicho en la bolsa! Que ganas que tengo de que llegue la hora de recogerlo! Y mañana otra vez y pasado y al otro.”

Es inevitable que estos pensamientos llenen la cabeza de los padres ante el primer día de colegio. Durante los  primeros días de asistencia al Centro de Educación Infantil, el niño o niña va a sufrir una serie de cambios ya que hay que tener en cuenta que pasa de estar en un medio en el que él es el principal protagonista, a otro en el que va a tener que convivir, relacionarse y compartir con sus iguales. Además tiene que incorporarse a un nuevo ambiente donde personas, espacios y materiales son desconocidos para él y tiene que separarse de las personas queridas y conocidas.La acogida de los primeros días deja una profunda huella sobre el sentimiento de seguridad, fundamental en la sección de los más pequeños.

Aunque el período de adaptación tiene unas características particulares que dependen de la edad del niño o niña, la asistencia anterior al propio Centro o la asistencia anterior a otro Centro de Educación; la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) nos ofrece  algunos consejos para que estos primeros días de asistencia al centro educativo sean lo menos duros posibles tanto para los niños como para sus familias.

Lo primero es mantener la calma y mostrar tranquilidad y seguridad. Dependiendo de la actitud de los padres, el niño puede vivir su primer día de cole como una aventura o como una mala experiencia. Así si la madre o el padre viven con dificultad este momento, el niño va a reclamarles con ansiedad y va a vivir la adaptación con inseguridad y miedos.

La relación de confianza entre el Centro y la Familia es muy importante. Se pretende conseguir un conocimiento mutuo entre las partes implicadas: Padres-Niños-Escuela, en el que se establezca una relación de confianza que favorezca y facilite la incorporación del niño al centro.

Hay que estar muy alerta ya que cada niño exterioriza y expresa las emociones de estos días de diversas formas, pero todos ellos necesitan ayuda por parte de sus padres y educadores.

El Centro Educativo debe informar a las familias de lo importante que es respetar el periodo de adaptación. Durante la primera reunión con el tutor de aula, se establecerán los tiempos con los padres hasta llegar a la total permanencia del niño en el centro, atendiendo a la individualidad del mismo, a las necesidades de la familia y sus circunstancias personales.

La presencia de las familias en el periodo de adaptación, dependerá la edad de los niños y las características del grupo y los planteamientos de cada centro o educador. Desde el centro se debe plantear como un ofrecimiento, nunca como una imposición, ya que hay que contemplar situaciones familiares en las que resulta imposible acudir con sus hijos ya que en el trabajo no se lo permiten, y en este caso no debemos hacerles sentir culpables, sino ayudar y favorecer todo lo posible para que el periodo de adaptación sea lo menos traumático posible para el niño/a.

Si bien lo que se busca durante el periodo de adaptación es que el niño se incorpore a las nuevas rutinas, hay que ser flexible en los primeros días y sobre todo pacientes, ya que los menores deben ir adaptándose  los nuevos horarios.

No hay que olvidar que los padres tienen una influencia en este momento que viene determinada por cómo ellos vivan la separación: sus temores, sus expectativas, su ansiedad, su angustia, su seguridad o inseguridad, su grado de confianza en la institución y en las posibilidades de su hijo. Este periodo de adaptación se puede dar por terminado cuando se ha conseguido una cierta estabilidad emocional en el grupo y son capaces de asumir con más tranquilidad los momentos de separación y reencuentro con las familias, así como la totalidad del tiempo de estancia al centro.

No hay que olvidar que los padres tienen una influencia en este momento que viene determinada por cómo ellos vivan la separación: sus temores, sus expectativas, su ansiedad, su angustia, su seguridad o inseguridad, su grado de confianza en la institución y en las posibilidades de su hijo. Este periodo de adaptación se puede dar por terminado cuando se ha conseguido una cierta estabilidad emocional en el grupo y son capaces de asumir con más tranquilidad los momentos de separación y reencuentro con las familias, así como la totalidad del tiempo de estancia al centro.

 

Autor: Asociación Mundial de Educadores Infantiles

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