¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?

¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?

Prevenir la violencia hacia la mujer desde la educación más temprana. Este es el objetivo del proyecto “Yo también puedo” de la Escuela Infantil Municipal “Fantasía” de Valladolid. Entre otras actividades, ha incluido la representación con marionetas del cuento “¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?”

“La prevención de la violencia hacia la mujer partiendo desde la educación más temprana se plantea como un reto muy interesante cuando hablamos de educación infantil” afirman desde la Escuela Municipal “Fantasía” de Valladolid para niños de 0 a 3 años. “Partimos de la base de que los niños en estas edades están aprendiendo las normas que rigen la convivencia social, desarrollando sus propias habilidades sociales y creando un esquema del lugar que ocupa cada persona dentro del grupo social: familia-escuela-amigos” añaden.

En este contexto la Escuela ha llevado a cabo el proyecto “Yo también puedo” que aborda la No violencia contra la mujer desde el enfoque de cambiar los estereotipos que, con frecuencia, vienen impuestos por la sociedad. “La idea es que el niño pueda observar y ser consciente de estos estereotipos para poder desmontarlos, ya sea a través de los cuentos clásicos o bien de los roles que se reproducen diariamente en las familias. Es importante mostrar a los niños que todos somos capaces de llevar a cabo todo lo que nos propongamos y que nuestro género al nacer no condiciona lo que debemos o podemos hacer con nuestras vidas y, mucho menos, que se nos trate con mayor o menor respeto” explican.

El proyecto se ha desarrollado en tres actividades: dos de realización directa con los niños y la tercera implicando a las familias como parte integrante del proceso educativo

  • La representación con marionetas del cuento “¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?” de la autora Raquel Díaz Reguera (Thule Ediciones)
  • Manualidades “La Princesa y el Príncipe”: Mediante diversas técnicas plásticas, como plumas, sellos, pintura de dedos o papel de seda, se ha decorado la figura gigante de una princesa en  color azul y la figura de un príncipe en color rosa para romper el estereotipo establecido.
  • Mural “Yo también puedo”: se han colocado las dos figuras en el pasillo con los carteles “Yo no quiero ser siempre rosa, también puedo….” Y “Yo no quiero ser siempre azul, también puedo….”. Frases que han completado las familias de los niños.

La Escuela como agente educador involucrado en el contexto y participante en el Consejo Social del barrio, en la Comisión de familia, ha contado con la colaboración de la Asociación de Mujeres Centro Cívico José Luís Mosquera de Valladolid.

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